Buen fin, mal principio




Llegó el "Buen Fin" para deleite de chicos y grandes, bueno, en realidad mucho más para los más grandes.

Esta modalidad comercial, que comenzó a operar desde el año pasado, tiene como propósito asemejarse al "Black Friday" que se lleva a cabo en los Estados Unidos el día posterior a la festividad de Acción de Gracias que se lleva a cabo en esa nación el tercer jueves de noviembre sin excepción.

En este "viernes negro" norteamericano consiste básicamente en encontrar la mayoría de los artículos que por lo regular están en retail (costo de menudeo) a precios de liquidación, con la finalidad de agotar los inventarios para la introducción de nuevas mercancías para la temporada navideña, primordialmente.

Sin embargo, la experiencia marcó a este modelo mexicano como muy diferente al de los Estados Unidos, en el que si bien sí se presentan algunas ofertas atractivas en cuanto a rebajas de artículos como televisiones, electrodomésticos o hasta boletos de avión a un 50% de su precio original, la realidad es que ese tipo de oferta es claramente dominada por la de mercancía a precio regular, pero en la modalidad de "meses sin intereses" al comprar con una tarjeta de crédito bancaria o emitida por el comercio en cuestión.

Muchos destacan que a través de un programa como este, y a través del crédito otorgado, los clientes que por lo regular no tienen acceso a este tipo de bienes o servicios pueden hacerse de lo que por lo regular está "fuera de sus posibilidades".

Vale la pena preguntarse ¿por qué está fuera de sus posibilidades?

Para el que ahorra, nada es imposible.

Por lo general, el mexicano prefiere acceder al crédito que echar mano del ahorro. La cultura del "disfrute hoy y pague mañana".

Manuel Othón Ramírez, delegado regional de la Coordinadora de Usuarios y Deudores de la Banca zona centro realizó un análisis de los efectos económicos que implicará el ejercicio del buen fin en 2012 y los meses por venir, anticipando que la cartera vencida que generará a la instituciones bancarias este programa de consumo, podría dispararse hasta en un 60% por encima del nivel actual.

















Este endeudamiento no generará más que disminución en el poder adquisitivo, ya que se está comprometiendo un dinero que aún no se tiene, sostenido por una entidad que cobra interés por "prestarlo".

Hablando de las repercusiones económicas a largo plazo, Othón Ramírez señala también: “80 por ciento de quienes tienen esos adeudos hicieron compras de artículos electrónicos, pantallas, estéreos, computadoras pero ahora no tienen los suficientes recursos para poder pagar los créditos”.

La figura del ahorro siempre será más sana para la economía familiar que el crédito. El rédito de no pagar intereses no sólo le aporta a la población económicamente activa un presupuesto más holgado y real a largo plazo, sino una tranquilidad en el cierre de cada mes.

Un gasto no planeado, o innecesario resulta ser un pésimo uso del recurso monetario, toda vez que reduce la capacidad del poder adquisitivo del deudor (de manera proporcional y directamente relacionada a los intereses que genera la deuda sin contar el IVA de esos intereses que además no es deducible).

Los famosos pagos "sin intereses" son un arma de varios filos, toda vez que si la tarjeta en cuestión ya presenta un saldo deudor, y sólo se paga el mínimo, fiel a la costumbre nacional, esa deuda que era "taza cero" se redirige al saldo deudor que sí es sujeto de interés y ¡voilá! el artículo comprado puede terminar costando hasta el triple de su valor.

El crédito es una figura impulsora del modelo de negocios, donde la empresa genera el capital para en plazos definidos, recuperar el monto de la deuda y liquidarlo, sin embargo el modelo económico familiar es muy diferente, ya que consiste de gastos fijos y necesarios, básicos según la conformación de cada una de las familias; compromisos que no se pueden poner en juego.

Un gasto no planeado nunca será un ahorro, aunque el cartel de la oferta así lo diga.

No se tiene que ser un genio o un estratega financiero para tener un ahorro y planear tus gastos. Lo mejor, tampoco se necesita un sueldo millonario.

Recomendamos ampliamente leer "Pequeño cerdo capitalista" de Sofía Macías y "Lo que debes saber de dinero antes de cumplir 40" de Roberto Morán para profundizar en estos temas.


Por: Orson Ge
Twitter: @Orsonjpg

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