Por la libre

Si un efecto tienen las redes sociales, que ayuda a los que estudian los mercados a hacer su vida más sencilla, es que los estudiados aportan voluntariamente sus datos, preferencias y en muchas ocasiones consumos recientes de quienes las integran.

Desde hace muchos años, la internet es llamada "la carretera de la información" y con mucha razón, ya que la información (y también la desinformación), el entretenimiento, el acceso a diferentes medios y hasta la compra de mercancía están a sólo uno o dos clicks de distancia.

Si bien, México está muy lejos de otorgar a todos sus pobladores un acceso real y alcanzable a internet, y sólo un porcentaje menor está dentro de las redes sociales, sí podemos afirmar que este número va en franco crecimiento y además nos ayuda a reconocer cómo se va marcando la tendencia.

Hace unos días me topé con una de las sorpresas que estos artilugios de la exploración global nos pueden regalar, y fue el ver las más notables preferencias de un niño que dejé de ver hace unos cuantos años y que hoy es un adolescente a punto de entrar a su etapa adulta. Su foto de perfil: asientos de piel de una cabina de camioneta, con dólares regados, una botella de whiskey, y un revólver.

No se necesita ser un genio para deducir las preferencias y el sector aspiracional (en el mejor de los casos) de este muchacho. Tampoco es materia de muchos sesos reconocer de dónde permeó este pensamiento, gustos e intenciones. El estilo de vida "buchón" como se le denomina hoy no es resultado de la casualidad, sino de un fenómeno social de la "cultura del narco" que con tanta fuerza se ha dejado notar en nuestro país. No vamos a definir en esta crónica el término "buchón" ni detallaremos su estilo de vida, pero tampoco creemos que le sea poco familiar al lector.

El primero, como consecuencia del segundo, se han colado también dentro de la internet, y en especial en las redes sociales, como una evidencia de quienes como en las carreteras comunes deciden irse "por la libre". ¿Qué queremos decir con esto?

Hoy los jóvenes ya no sueñan con ser científicos, astronautas o ingenieros; sus fantasías están depositadas en camionetas del año, mujeres de moral más pequeña que sus faldas, pacas de billetes, un revólver y una botella de buchanans (esta última los hace sentir más exclusivos que cualquier otra cosa). 

En nuestros días y momentos la planeación de un futuro forjado en la educación, el esfuerzo del trabajo y una vida honesta y responsable no es ya popular. Nuestros jóvenes han sido convencidos de que es mejor tener una juventud efímera y propensa a ser interrumpida por un balazo y la tumba (esto último muy heróico según les enseñan) que una aburrida vida detrás de un escritorio (lo cual tampoco es necesariamente cierto.

La manera de pensar de estos jóvenes no es resultado sino de dos cosas, la falta de educación en el hogar, la falta de atención, tiempo de calidad y esfuerzo por compartir con los muchachos y por supuesto, que alguien más astuto llenó ese tiempo y pudo llenar la cabeza de estos chavos de basura. Hemos insistido en ocasiones anteriores que la verdadera educación, la que vale y la que trasciende, se mama en casa.

Es cierto que la SEP y el gobierno no han querido o sabido contrarrestar el cacicazgo de un perpetuo liderazgo del SNTE que ha traído como consecuencia un tremendo rezago educativo, sostenido y fomentado por los viejos mecanismos de compadrazgo y en especial por la asignación arbitraria de plazas, sin embargo, como sociedad tenemos nuestra parte de responsabilidad.

No podemos negar que es un fenómeno íntimamente relacionado y ocasionado por las condiciones de pobreza en las que hoy vivimos como país; aún así, si papá gobierno no puede hacer las cosas bien, no es esto una excusa para que como ciudadanos hagamos exactamente lo mismo. Tenemos que cuidar a nuestros jóvenes, porque si no somos parte de la solución, somos tristemente parte del problema. Si queremos un México mejor, ese país se forja en la casa.

No nos vayamos "por la libre" también, pensando que alguien más tiene que solucionar el problema sin tomar cartas en el asunto y hacer lo que nos toca. 

¿Saben? Sólo es cuestión de tiempo.

5 comentarios:

  1. "Sólo es cuestión de tiempo"... creo que ya estamos ahí. Realmente empieza por nosotros y lo que aceptamos o no, lo que le transmitimos a nuestro círculo más cercano (hijXs, amigXs, familiares); no podemos esperar que otros hagan lo que nosotros no hacemos ni seguir dejándolo en manos del gobierno y las instituciones. Éstas no funcionan si lXs ciudadanXs nos quedamos de brazos cruzados.

    ResponderEliminar
  2. buena cronica mi Orson Saludos Toño Ortiz

    ResponderEliminar
  3. Estas generalizando a causa de unos cuantos que quieren vivir facilmente. Tengo 22 años y la mayoría de las personas que conozco quieren hacer algo de servir en su vida, y eso que soy sinaloense.

    ResponderEliminar
  4. soy joven 23 anos ing. vivo rodeado de esta cultura buchona.. mis amigos de la infancia.. son dilers en mi colonia los únicos que viven mediana mente bien están envueltos en ese mundillo. aunque ejerzo mi profesión no me alcanza para darle a mi familia lo que quisiera aunque trabajo por mi cuenta ademas de mi empleo. Nos educaron para ser competitivos y cuando se busca competencia me topo con corrupción.. Como no irme por la libre ? Como cambiamos esto empiezo con mis hijos que aun no tengo.. ? De verdad no se puede vivir en la hipocresía si esto creció tanto lo único que podemos hacer como sociedad es legalizar .. Y dejar que cada quien decida... O seguir manteniendo a las clases que viven del under muy bien y juegan ala politica en sus tiempos libres.. Conoscamonos y Aceptemonos.. y partamos de hay asi el futuro Pero YA!!!

    ResponderEliminar
  5. Muy buen articulo y es cierto, la educaciòn se mama! desde pequeño.
    Este tipo de comportamientos se da en todas las capas sociales, al parecer los chavos de hoy tienen marcada tendencia a ser Huevones! por que desde nunca les inculcaron el valor del trabajo, el esfuerzo y la disciplina para conseguir algo, en la mayoria de los hogares, los padres de hoy suplen el tiempo de calidad que se les debiera dar; por regalos los que pueden, y los que no pueden comprar el gadget de moda, regalan la libertad de comportamiento. Al burro ni quien lo arreo dijera mi madre!

    ResponderEliminar