Lo que el viento a Juárez


"Errar es de humanos" dice el viejo y acertado refrán. Pero al parecer equivocarse no es para candidatos a la presidencia.

Cualquiera que lleve huesos bajo la piel ha pasado por más de una ocasión por el penoso momento de reconocer una falta, ya sea de omisión o intencional y lo que es peor, asumir sus consecuendias.

Desde aquél sabado negro en la FIL, ya bien citado en este y otros miles de portales, en redes sociales o demás macro-libramientos de la información, la vertiente de la "comunicación política" informal ha girado en torno a la figura de Peña Nieto ya sea por su falta de cultura literaria, conocimiento de los precios de la canasta básica, por no ser la señora de la casa, por no saber escribir gentilicios o hasta por tener familia fuera de matrimonio.

La realidad, y como lo han dicho varios medios, estos son defectos que no determinan la capacidad o incapacidad de un individuo u otro para gobernar un país.

En las más recientes encuestas publicadas por Ulises Beltrán y Asociados, el precandidato del tricolor parece no haber sufrido el menor de los descalabros por esta serie de descalificaciones, que dicho sea de paso, denotan la intencionalidad del daño, sin embargo el mexiquense "ni se despeina".

En definitiva, las encuestas no ganan elecciones, sino los candidatos. Sin embargo, la notoria ventaja que tiene Peña sobre sus adversarios, sean del color que sean, no se ha distorsionado, mucho menos disminuido desde que se filtraron estos datos de su vida privada a los medios de comunicación.

Lo mejor de la contienda ya viene, y ya comenzará a oler el guisado cuando el PAN defina su candidato para la contienda de este 2012 a la silla presidencial.

Otro de los temas fuertes en el vínculo Peña Nieto  es la separación de su campaña a la presidencia de la República de las sendas de la "maestra" Elba Esther Gordillo, cediendo a grupos de presión que aún se muestran en desacuerdo con la candidatura del que hoy lidera las encuestas.

Dado el rompimiento que se dio entre el partido del sindicato de la "maestra sempiterna" y la campaña de Enrique Peña Nieto, muchos de los reflectores apuntan al candidato tricolor, preguntándose si ganó o si perdió, pero perdemos de vista a Nueva Alianza (O "Alianza Nacional" como le dice Peña) que juega un papel mediano, no despreciable en esta carrera.


Definitivamente Peña Nieto sí perdió un aliado,  pero en el papel ganó más. La posibilidad de identificarse con la idea de una Reforma Educativa, misma que no se ha dado hace varios sexenios, en los que la mano de Gordillo se ha empalmado con la del presidente en turno como lo ha sido desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. (http://www.adnpolitico.com/2012/2012/01/25/el-padrino)

Cierto, el arrastre de votantes que pueda tener la lideresa del SNTE es un porcentaje que puede cargar la balanza a uno de los lados, pero el hecho de que EPN -de la mano de Joaquín Coldwell- se desmarque del pacto negociado por Moreira no significa que el mexiquense ya perdió el voto de todos los maestros.

Por el otro lado, Elba Esther Gordillo pierde demasiado. Su imagen tiene una ambivalencia bestial como nunca se había visto en México. Terriblemente desprestigiada entre el grueso de la población, pero con un poder indiscutiblemente efectivo (aunque ya con minas) dentro del magisterio, es muy difícil que aspire a algo serio a través de un candidato impuesto por ella. Pero seguramente esa no es su intención, sino aspirar a mantener a raya ese porcentaje que le ha aportado la obediencia de su gremio, carta de cambio para obtener beneficios políticos con quienes se ha aliado (¿será por eso que se llama Nueva Alianza?, crean una nueva cada seis años)

Ahora va huerfanita, parece que de todas las elecciones en las que ha metido la nariz, esta será la menos afortunada, sin embargo no hay que subestimar la capacidad de esta señora, que ya tiene mucho colmillo en estos terrenos, y que en especial en cambios de sexenio capitaliza muy bien sus relaciones, poderes y hasta de las debilidades propias saca provecho.

Basta recordar la elección anterior, después del rompimiento con Roberto Madrazo, en la que de la mano de Roberto Campa pidió "uno de tres" de cada votante en las urnas, no con el objetivo de provocar un gobierno nuevo, o de alternancia, sino de mantener un registro. Ese registro vale, literalmente, su peso en oro, poder y jerarquía.

¿Confiaría usted en un candidato impuesto por Elba Esther? Ya veremos quien es el guapo que se avienta "ese trompo a la uña", mientras tanto, la moneda sigue en el aire. De lo que podemos estar seguros es que a este par, la opinión escandalosa de los cyber-revoltosos les hace "lo que el viento a Juárez".

Por: Orson Ge
Twitter: @orsonjpg

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