Año nuevo, nada nuevo

                                                                               
Viene ya el término de un año muy agitado en tema de política electoral.

Quizás el año más complicado en materia de elecciones, sólo por detrás del año de las elecciones mismas, es el año previo. El año de la zozobra por anticipar a los pre-candidatos y a su vez afirmar las expectativas de quiénes serán los definitivos, es decir, aquellos "afortunados" cuyos nombres aparecerán en la boleta el próximo mes de Julio.

Esteproceso será único en su tipo: no sólo porque es el primero en la post-alternancia en el que participarán tres o menos aspirantes a la residencia de Los Pinos sino por ser también el proceso donde se mostrará cuál de los contendientes es el mejor reconciliador electoral de nuestra época.

"El nuevo PRI", el nuevo AMLO, y todo su brillo en el discurso, tiene cada vez menos de novedad y más de no-verdad. Vamos, es una nueva historia pero no un nuevo cuento.

Ya antes se nos han repetido más allá del cansancio, de enero a junio, cada seis años frases como "Es hora del cambio" o "Por el México que tú quieres" e inagotables ejemplos de que el verdadero fuerte del político mexicano es hacer campaña

La improcedencia de la Reforma Política tan necesaria bloqueada en gran parte por una mayoría priísta nos remonta a las viejas prácticas de un gobierno que encontró la manera de permanecer en la cima por muchos años a pesar del disgusto de grandes grupos que a la postre le cobraron una costosísima factura al partido tricolor por años y años de abusos.

El multimillonario endeudamiento en el estado de Coahuila dejan mucho qué pensar a quienes evalúan la posibilidad de que en efecto exista un nuevo PRI. Las poses y las pifias de su pre-candidato para el proceso que se avecina más que hablar más del partido, habla mal de sus asesores, otro de los razgos del viejo priísmo; un total descuido de los aspectos básicos del personaje en honor a la arrogancia.
En la colonia de enfrente, todavía hay muchas personas que recuerdan a flor de piel los rijosos discursos, spots y declaraciones transmitidos a nivel nacional por simpatizantes o enemigos de AMLO quien en esta contienda ha optado por un mensaje "conciliador", de paz y hasta armonía dignísimo de esta época navideña.

Antes, los mensajes eran de tono alto, contenciosos y hasta insultantes para las "chachalacas" y los "espurios", sin embargo hoy, hasta a la constitución se le pretenden meter razgos amorosos. Será de cada quién analizar y concluír la autenticidad y sinceridad de estos mensajes, o si sólo es una estrategia para recuperar un electorado de clase media que se desvaneció frente a la izquierda en el transcurso de los últimos seis años.

Por su parte el PAN, deshoja distraídamente su margarita como la niña que espera que "el guapo de la película" se le acerque. Fiel a su estilo, el blanquiazul no moverá mucho las manos hasta finales de enero, que defina su candidato de bandera y entonces sí, también fiel a su estilo habrá pedradas, chismes y sacará la semilla del miedo para sembrarla por todo lo que le parezca adverso.

A la verdad, hay quienes ya compraron y hasta andan vendiendo este par de mensajes que a muchos otros nos van dejando ese sabor de "defenderé el peso como un perro"

Ante esta perspectiva vale la pena preguntarnos si realmente hay algo nuevo en este proceso electoral que enfrentaremos en Julio y que venimos soportando ya hace unos meses atrás. Y si es que hay algo nuevo, además del año ¿realmente vale la pena?

Viene el 2012 y para la opinión general entre los que gustan de política no hay aún una figura que tape el sol y se perfile como no como un favorito en encuestas, sino una verdadera opción en este proceso electoral para darle la vuelta a la historia que  viene llenando el calendario en nuestro México de unos años para acá.

Salvo su mejor opinión.


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