Vale igual solo que mal acompañado

Cuánto vales, cuánto cuestas; esa es la pregunta que eventualmente todos terminamos haciendo a otros y retóricamente a nosotros mismos en algún momento de la vida. Después de todo, la expresión "como te ven te tratan" nunca ha tenido más sentido para hombres y mujeres por igual que como lo tiene en nuestros días. En ocasiones pareciera que de ser posible, deberíamos traer colgando una etiqueta anunciando nuestro valor, o nuestro precio para saber si tenemos acceso a un buen empleo, un lindo restaurant, a una tienda de ropa, o a un lugar de estacionamiento.

"Poderoso caballero es don dinero" y es que aunque dicen que "el dinero no es la felicidad", el poder y la felicidad nunca se han caracterizado por ir de la mano, sin embargo coinciden tangencialmente en muchas ocasiones en la vida de algunos, y ahí, donde se juntan, es el punto en que las historias de muchos hombres cambian definitivamente; ya sea para su éxito, o para su rotundo fracaso.

Como en todos los años previos a elecciones, la atención y opinión de la gente que se ocupa del ámbito político está vertida totalmente en los candidatos y no en el desempeño del gobernante en turno; como si estuviera pasado de moda, o para decirlo mejor: devaluado. El año 2011 no será la excepción, dado que se avecinan jornadas electorales muy polémicas donde lo único seguro es que estarán llenas de pugnas, descalificaciones, pronósticos y desatinos, pero más allá de esto, nos daremos cuenta del verdadero valor de los que van a ser protagonistas del quehacer político nacional.

La devaluación de AMLO

No podríamos empezar a hablar del 2012 sin hablar de Andres Manuel López, al que muchos llaman ya "el candidato de la década". ¿Por qué de la década? Si empezamos a contar que el señor está en campaña desde su jefatura en el gobierno del Distrito Federal, siendo víctima del desafuero, de su candidatura para 2006, el fraude electoral y hoy con su proyecto que en palabras textuales "sigue vivo" y tiene como objetivo "rescatar a México" (sin decir claramente de qué o de quién). Pues ya resulta que si bien las encuestas de Buendia & Laredo colocan a la izquierda que encabeza el PRD y todos sus "partidos allegados" con una participación del 21% al tabasqueño sólo le corresponde la mitad de ese porcentaje, lo que se traduce en unos 6 millones de votantes, si es que esta popularidad se matuviera bajo las mismas condiciones. Esto es menos de la mitad de lo que obtuvo en la elección presidencial de 2006, muy lejos de lo que él quisiera, pero muy útil para dar pataletas y pelear por algún hueso, cosa que se antoja difícil, ya que ha dejado muy claro que por menos que la presidencia, no juega.


"El Peje" bien podría perder más valor en caso de que la dirigencia del PRD decidiera optar por Ebrard como su candidato oficial para el próximo año en lo que ya se antoja una relación perder-perder para todos los involucrados. De una izquierda dividida todavía sacamos algo peor: la izquierda mexicana que parece irse alejando poco a poco de lo que el Cardenismo y los más honestos representantes del socialismo algún día pensaron, utilizando al proletariado como trampolín, pero con muy poco profesionalismo y menos seriedad. Y como si no bastara esta fragmentación, sumada a la poca capacidad política, es muy fácil ver que los militantes de esta forma de ver la política están tirándose de mordidas unos a otros y son incapaces de llegar a acuerdos razón por la que no pensamos que el valor de ninguno de ellos llegue a trascender de una manera importante si no es a base de negociaciones con los que serán el año que viene los grupos de poder.



El disminuído valor de Emilio

Si uno de los "apuntados" en el PAN se ha visto devaluado en las últimas semanas, ese es el actual gobernador de Jalisco, que bajita la mano hace campaña por todos lados, excepto en su estado, donde lamentables declaraciones, inolvidables actitudes y puritanas palabrerías le han costado mucha de su popularidad con que gozaba antes de llegar al poder. 

En su último video de propaganda para internet González Marquez afirma que él le puede ganar a Peña Nieto, así de claro y contundente. Sabemos que a muchos nos gustaría verlo competir, para comprobar sus palabras, aunque a menos que una sorpresa suceda en las elecciones del PAN será otro (hagan sus apuestas) quien compita contra el PRI, porque como ya lo dijimos en otras entradas, para el Presidente lo importante hoy no es que gane el PAN, sino que el Revolucionario Institucional no llegue a Los Pinos.

Nos queda claro que Emilio está muy lejos de ser "monedita de oro", hoy por hoy, a lo mejor algunos damos un tostón.

Libre Comercio

¿Qué podemos esperar si estos dos partidos se juntan? Se ha manoseado tanto la idea de una fusión o alianza entre PAN y PRD para el Estado de México que lo único que nos queda claro es que ya no hay colores o ideologías para defender; que son conceptos pasados de moda. Ciertamente el electorado debe, o debería ser libre de tendencias, para escoger objetivamente a aquél que es idóneo para gobernarlo. Sin embargo los políticos son parte de una agrupación con ideales, tendencias y posturas que a la luz de sus diferencias ideológicas, este servidor las entiende como innegociables, pero muestran que con tal de llegar a la posición del privilegio podrían ser capaces de vender hasta a la abuela, por no decir que hasta la madre. 

Dicen los que mal los trataron que "más vale sólo que mal acompañado". Nosotros hemos "gozado" la compañía buena y mala de estos partidos desde hace varios años. La alternancia llegó hasta hace 20 años en los estados y hace más de 10 en la presidencia, de lo que no estamos seguros hasta la fecha es que si esa esperanza redentora que teníamos empeñada en el cambio de colores realmente ha traído el bienestar, la tranquilidad y la prosperidad que ellos prometían. "La ciudad de la esperanza" parece más serlo porque viven eternamente con la esperanza de un cambio para bien cuando las cosas sólo parecen ir para atrás y "El presidente del empleo" parece que se guardó el argumento de los buenos salarios en la chistera.

"De todos no hacemos uno" digo hoy, y más de uno pensará lo mismo que yo, creo que a la luz de los resultados, cualquier partido: vale igual solo que mal acompañado.

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