No es lo mismo PEMEX que 73 años después.

Cuando Lázaro Cárdenas del Río, en aquél, para muchos glorioso 18 de marzo anunció la expropiación de pozos, bienes muebles, inmuebles y relativos a la industria del petróleo,  London Trust Oil-Shell (entonces "El Aguila"), Chevron-Texaco (entonces "Mexican Petroleum Company"), Exxon-Mobil (Standard Oil Company) entre muchas otros que hoy son gigantes de los hidrocarburos consideraban a México no sólo como una mina de oro, sino una mina de oro negro.

En los días en los que los sistemas de combustión interna eran no más que un enigma irresuelto en la industria mexicana, el petróleo se usaba para dar tratamientos veterinarios, denotando nuestro brutal atraso industrial y los terrenos donde se encontraban los muy poco explotados yacimientos eran comprados a precios ridículos sopretexto de tener "terribles e inútiles agujeros" que según los compradores taparían para poder sembrar sobre el terreno. Hoy sabemos que esos hoyos no fueron tapados sino sobre-explotados de manera siniestra y aprovechados por unos cuantos "cara palida" que si bien no habían pagado con espejos, la verdad es que liquidaron con muy pocos doblones.

Para la década de los 30 del siglo pasado, sólo el 4% de la industria petrolera nacional era realmente mexicana, y el más auténticamente humilde de nuestros presidentes no veía con buenos ojos los abusos que estas empresas llenas de "güeritos" perpetuaban con el trabajador nacional en términos de salario y crecimiento laboral, entre muchos otros rubros ya que siempre los técnicos importantes se traían de otros lugares y no dejaban una enseñanza o legado real para el crecimiento del mexicano. 

Lo que sí vio con buenos ojos fue la lucha de Diego Rendón, y después del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana por lograr contratos colectivos y pagos de salario justos con indemnizaciones y consideraciones que no agradaron a los patrones, pero que la Junta de Conciliación y Arbitraje de nuestra nación les obligó a acatar, además de una compensación de salarios por ajuste al porcentaje. Esto de por sí ya incomodaba a estos gigantes, que uno por uno desfilaban por la oficina y el rancho de Cárdenas con jugosos y apetitosos regalos que salían por la misma puerta por la que entraban a pesar de su carácter de "cortesía". Los esfuerzos y simpatías del entonces presidente estaban con el Sindicato y sus defensores, dados los fines que perseguían, el principal de ellos, el bienestar del trabajador.

Contrariamente a lo que muchos creen, Lázaro Cárdenas no expropió el petróleo, ya que desde tiempos de Juárez estaba asentado en la constitución que todo bien producto del suelo, agua, aire o subsuelo mexicano era perteneciente a la nación (palabras más, palabras menos) sino bienes muebles, inmuebles, tecnología y todo lo referente a la INDUSTRIA PETROLERA nacionalizando estos bienes y dando paso a lo que hoy conocemos como PEMEX, que en esos días era denomiado PETROMEX.

Esto ocasionó una seria problemática nacional, dado que había que liquidar a las empresas a quienes se les expropiaban los bienes y hasta se recuerda una colecta femenina organizada por Amalia Solórzano, esposa del "Tata" Cárdenas y madre de Cuahtémoc, misma deuda que al paso del tiempo se liquidó, pero ocasionó un serio rompimiento de relaciones comerciales con el Reino Unido y los Países Bajos quienes proponían un embargo o bloqueo comercial coordinado con los Estados Unidos que pudo haber llegado mucho más lejos y tener éxito de no ser porque Franklin Delano Roosevelt, entonces presidente pudo tomar medidas más drásticas contra México, pero temía que el potencial en hidrocarburos, materias primas y mano de obra pudieran ser aprovechados por la Alemania Nazi y su carismático líder Adolf Hitler en el marco de la Segunda Guerra Mundial.

La historia delata las buenas intenciones y objetivos bajo los que fueron creados tanto el Sindicato de Trabajadores de la Industria Petrolera como PETROMEX, ahora PEMEX. Sin embargo, como frecuentemente nos ha pasado, la historia ha visto como es rebasada por una realidad manchada de complicidad, negocios ventajosos y el enriquecimiento de unos cuantos a costillas del resto de la población, ya que según se dice: "Petroleos Mexicanos es de todos".

Es cierto que casi la mitad del PIB es sustentado por Petróleos Mexicanos, pero este dato duro no necesariamente conlleva un beneficio para la nación, ya que la pésima administración de la paraestatal y su falta de supervisión genera que se realicen onerosas compras que resultan inexplicables para el funcionamiento de la empresa, no así para el enriquecimiento de los directores de área o de zona que incuestionablemente han salido millonariamente más adinerados de lo que eran cuando ingresaron a las firmas de la petrolera nacional. Compras de artículos deportivos por casi 2 millones de pesos tan sólo en el 2010 entre muchos, muchos tratos que se hacen "por debajo de la mesa" entenebrecen el panorama retrospectivo bajo el que se ha manejado esta empresa que muchos hoy todavía creen que es de todos nosotros, cuando la realidad marca que muy pocas personas han salido ampliamente beneficiadas de la paraestatal y muchas, las más, siguen sumidas en una pobreza extrema sin haber visto algún título de propiedad, acción o algo que le confirme que sí, PEMEX le pertenece, igual que a los demás mexicanos.

Hoy el organismo es poseído en un 65% por el Sindicato Petrolero, o mejor dicho por su líder Carlos Romero Deschamps, y a la luz de esta realidad que no puede ser negada, me gustaría que alguien con argumentos sostuviera o simplemente me explicara cómo HOY podemos pensar que Petróleos Mexicanos es una empresa de los mexicanos. Si acaso podemos decir que es un tapa-hoyos de las malas administraciones públicas, ya que de las cifras positivas de la petrolera se repone casi el 40% del gasto público, que para variar, tampoco está debidamente administrado ni supervisado.

Les invito a que no me crean, que investiguen si lo aquí escrito es verdad o sólo paranoías de mi pluma, quejas infundadas o un malestar social irresuelto con mi país y su administración, pero no dejemos que nos jueguen el dedo en la boca. Si no nos informamos, si no nos enteramos de lo que realmente pasa en la administración de nuestros bienes, ¿qué les vamos a reclamar a quienes los administran? No deberíamos tener cara para hacerlo.

Quiero desearle un feliz cumpleaños a Petróleos Mexicanos, soñando que un día le llegue la modernidad, la honestidad y la eficiencia a lo que un día fueron buenas intenciones que llegaron a ser buenas medidas, pero que hoy, me parece, tiene a don Lázaro dando vueltas en su tumba.


3 comentarios:

  1. No podría estar más de acuerdo. Deschamps y el resto de los señores feudales, perdón, líderes sindicales, podrán seguir festejando fechas como la de hoy... a nosotros nos queda, como bien dices, informarnos, compartir la información y seguir trabajando sin descanso.
    ::ee

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  2. Mi estimado caballero, con todo el respeto que me merece (y sabe ud. que me merece muNcho) permítame comentarle lo que aprendí yo sobre la expropiación petrolera de mi abuelo quien vivió y trabajó por aquellas épocas del cuplé:
    Según cuenta la historia hablada, hubo tremenda huelga de dicho sindicato al cual mencionas; sin embargo, llegó "Tata" Cárdenas como la caballería a hablar con los trabajadores y disiparlos.
    Una vez arreglado el asunto de la huelga, misma que hizo a las compañías petroleras perder cantidades estúpidas de dinero y hacer tremendo berrinche, el Presidente convocó a los grandes petroleros para decirles que el problema estaba arreglado y que no volvería a suceder, a lo cual uno de los petroleros contestó: "Seh... ¿y quién nos garantiza que esto no vuelva a pasar?"
    Admitidamente, dicho petrolero pecó de estúpido e ignorante, pero también le provocó tal entripado al Tata que de ahí fué que se tomó la decisión de sacar a los petroleros extrangeros; por un vil berrinche del Tata. No solamente actuó con el estómago, sino que no se acordó que el país no tenía ni de casualidad la cantidad de dinero requerida para indemnizar a las petroleras, por lo cual se convocó al pueblo, mismo que confiadamente llevó toda clase de humildes posesiones para que el Tata pudiera comprar el petróleo para los mexicanos. Llegaron desde alhajas hasta gallinas y ganado, y así fué como se pudo completar tan famosa transacción.
    Esa es la historia que contaba mi abuelo, lo cual, a mi modo de ver, hace aún más vergonzosa la situación de PEMEX con relación al pueblo mexicano. No solamente "se compró" para el pueblo, sino que, literalmente, el pueblo pagó por ella. Siendo tal el caso ¿por qué no han visto un centavo?
    Con respecto a lo que dices de líderes sindicales, etcétera, estoy totalmente de acuerdo. Son una manga de hampones que solamente buscan el puesto para enriquecerse a ellos mismos, a sus compadres y a quien mejores regalos les dé.
    Felicidades, señor, por otro buen artículo.

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  3. Muy bien explicado, me gustó mucho y había detallitos de los que no estaba enterada incluyendo los datos que dá Marian.

    Yo tengo conocimiento de un caso en el que un conocido realizó prácticas profesionales en PEMEX hace unos 9 años y recibía cheques por 25,000 pesos mensuales por ir UNA VEZ a la semana a hacer NADA. Literalmente, me cuentan que no se hacía nada más que ir a platicar a la oficina y su chequecito llegaba puntual... Cuánto no se embolsarán aquellos en puestos altos? Es una verdadera burla para los mexicanos enterarnos de casos así, pero nadie hace nada y nadie dice nada!

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