A falta de pan...

Una verdadera hazaña, llena de algarabía, vestida de confeti tricolor y celebración callejera el bicampeonato conseguido ayer por los ahora moteados "niños hérores" integrantes de la selección mexicana de futbol sub-17.

Es un gusto que hay todavía mexicanos que creen no sólo en esta nación, sino en sí mismos, y que defienden que todavía podemos jugar en equipo. Es de señalar con mucho orgullo no sólo el logro, sino la perseverancia con el que éste fue conseguido; cuando en la semifinal llegó el momento en que la historia cobraría su tradicional cuota y factura de inferioridad ante los alemanes, el coraje, el empuje y la determinación de estos jóvenes rompió de un sólo golpe la heladísima jetatura de paternidad que tenían los arios sobre nuestros compatriotas y que tanta frustración había traído sobre nuestra afición en pasadas competencias.

Pero no es sólo la selección menor y el ámbito deportivo donde México se destaca como primero a nivel mundial. Tenemos en la persona de Carlos Slim al hombre más rico del mundo, la mujer más hermosa del planeta se llama Jimena Navarrete, y es orgullosamente tapatía y mexicana. El jóven sensación dentro y fuera de las canchas de este año es Javier "Chicharito" Hernández, y podríamos recordar las hazañas de Lorena Ochoa, Octavio Paz, González Camarena, Rodolfo Neri Vela y muchos paisanos más que han demostrado que somos una raza que puede, si quiere y más importante, si cree. 

La contraparte de esta lista de celebridades podrían ser personas que se han destacado negativamente por dañar a la sociedad, ya sea por su enfermizo abuso de poder como Romero Deschamps y la maestra Elba Esther, o el ex-presidente que saqueó a una nación como Carlos Salinas. También tenemos el único "presidente legítimo" que busca de nuevo la presidencia sin recurrir a la figura de la re-elección. Y por si fuera esto poco, también tenemos el muy vergonzoso primer lugar mundial en obesidad infantil.

No son ganas de minimizar, opacar, avergonzar, denostar, ni mucho menos de amargar la hazaña conseguida, pero estos son nuestros héroes y villanos nacionales: basta dar una revisada de dos minutos para saber que nuestros héroes del siglo 21 están casi todos encasillados en medios deportivos o de la moda (del corazón), aspectos un tanto superficiales que si bien, no ayudan en mucho a mejorar la situación social que impera en nuestro entorno, por lo menos dotan de ánimo en suculentas inyecciones vespertinas y nocturnas al grueso de la población, en especial a aquellos que fijan su esperanza en lo que acontece en un televisor. Estos héroes nacionales de nuestros días vienen a sustituír a las figuras que no se están desarrollando en planos que inciden directamente en los rubros que realmente modificarían el destino de México, pero que sin duda generan un efecto anímico y mediático más que positivo, confirmando lo que dicen nuestros abuelos: "a falta de pan..."   

Parece que el presidente Calderón tiene bien entendido este efecto, y sus resultados, dado que este mismo fin de semana que se llenó de sangre, con aproximadamente 100 muertos en hechos violentos alrededor del territorio, sin embargo, decidió no mencionar nada de esto en su cuenta en twitter; no así el tema del campeonato mundial, mismo que no sólo celebró electrónicamente sino que hoy a las 13:30 se reunirá con los deportistas para justamente congratularlos. Es una verdadera lástima que el Ejecutivo crea todavía que su gestión realizada se mida a "encuestazos" y que esas encuestas le darán popularidad a base de sólo tratar los temas de serpentina y confeti. 

Lo que es una realidad, es que nuestro país está necesitado de héroes, que estos héroes se convierten en personajes que alegran el panorama nacional, que traen dicha a sus paisanos y que se convierten en noticia por sus impresionantes obras. Pero más allá del mundial de futbol, o los concursos de belleza, México necesita héroes cotidianos. Que se vuelen la barda aunque no sean noticia, ni salgan en la televisión.

Es cuestión de heroísmo hacer las pequeñas cosas que mejoran nuestro entorno y previenen la desgracia: dejar el volante cuando tomaste unas copas puede prevenir un asesinato, y puedes ser el héroe de la persona con capacidades diferentes en cuyo lugar no te estacionaste y no tuvo que dar la vuelta a medio centro comercial en andadera o muletas. Son en realidad los pequeños detalles los que pueden transformar todo un día o echarlo a perder definitivamente. Son en realidad esas pequeñas obras las que nos hacen un país más grande o muy pequeño; son detalles como pelear cada pelota, perseguir al último hombre, anotar el último gol y darle la vuelta al partido.

La realidad está ahí sobre la mesa; dentro de la grandeza somos un país de contrastes, de claroscuros en el que lo peor que podríamos hacer es quedarnos en la zona gris, en el intermedio, en la mediocridad. En nuestro poder está la decisión de ser grandes para bien o para mal, pero debemos empezar por saber que sí podemos, sí podemos.

1 comentario:

  1. Los mexicanos somos de los que nos contagiamos de los valores como si fuera gripa… nos llega la pasión, la casta, el patriotismo, etc., cuando vemos como uno u once de nuestros compatriotas llegan a la cima, sin embargo cuando uno que está a un lado de nosotros o un poquito más arriba triunfa somos envidiosos y creemos que esta en ese lugar o posición por “favores” creo que es tiempo de ser justos con nosotros mismos y si queremos seguir destacando no solo en lo deportivo o en lo que está de moda debemos pensar en ser mejores por nosotros y los que nos vienen siguiendo los pasos en cada actividad que hagamos, en cada detalle cotidiano… Gracias Orson por hacernos reflexionar

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