Mundial "a balón parado"

A unos pocos días de que comience uno de los eventos deportivos más esperados, publicitados e influyentes del orbe, no podemos evitar pensar que nunca antes había existido tanta incertidumbre previo al inicio de un campeonato mundial de futbol.

Haciendo un lado la década de los 40 en la que la Segunda Guerra Mundial provocó la cancelación de dos copas mundiales, nunca había existido tanta agitación social, envuelta en ánimo de protesta y amenaza de violencia en el entorno de la fiesta deportiva más popular a nivel global de los deportes que se juegan con una pelota.

La organización de la copa del mundo de futbol bien podría tener un costo mayor para el gobierno de Dilma Rousseff que lo que se pudo haber pensado cuando recibió la estafeta del gobierno de manos de Lula da Silva, y no estamos hablando de los 15,000 millones de dólares -monto mayor que el necesario para las últimas dos copas del mundo juntas- que Aldo Rebelo, ministro de deporte del país carioca totalizó como inversión total necesaria para que Brasil cumpliera su designación de anfitrión del torneo más grande de la FIFA.

En un marco de protesta acrecentada, huelgas acumuladas, inconformidad social, pobreza, exigencia de mejores condiciones económicas y demás inconformidades del pueblo, el estado de derecho se ve amenazado no sólo para los habitantes de aquel país, sino que la seguridad de las decenas de miles de visitantes que estarán asistiendo a la "fiesta" representarán un riesgo potencial que a ninguna autoridad le gustaría correr.

Las molestias del pueblo son muchas: falta de empleo, la precaria condición económica de cientos de miles de  familias, la acrecentada corruptela de altos y bajos niveles y la falta de infraestructura para el correcto crecimiento de un país que hace apenas cinco años era modelo y ejemplar entre los países en vías de desarrollo. Sin embargo el origen de la inconformidad es uno: el alto monto de dinero invertido en un campeonato de futbol.

Y no subestimamos el asunto, si existe un pueblo que tiene el futbol impregnado en el genoma es precisamente el brasileño, y no es poca cosa que se hable de que decenas de miles de brasileños estén pensando en boicotear un evento que no se llevaba a cabo en esa tierra desde 1950.

Mucho se habló de cifras, que si cada brasileño aportó en promedio 75 dólares para la organización del mundial, que si la inversión se triplicará pero la realidad del gasto es esta:  3,700 millones en construcción y refacción de los 12 estadios sede; 4,300 millones en movilidad urbana; 3,400 millones en aeropuertos; 870 millones en seguridad; 350 milones en puertos y 200 millones en telecomunicaciones

El sentir de muchos brasileños que salen y amenazan con seguir saliendo a las calles es que esas cifras que sólo caben en la imaginación de quienes las manejan, debieron haberse integrado a la creación de condiciones sociales, culturales y económicas en la arquitectura de una estructura que permitiera el desarrollo de todos los habitantes del país, y no la polarización alarmante que hoy se vive en un ámbito de pobreza, hambre, falta de educación, escasez laboral, e injusticia que impera en el Brasil que gobierna Roussef.

Se necesitaron poco menos que 5,000 millones de dólares en la organización del mundial de Alemania en 2006, y un poco más de 7,000 para el de Sudáfrica en 2010, pero ante la realidad económica y social de ambos países es fácil deducir que aunque los montos hubieran sido equivalentes, no es igual para un país de vías de desarrollo el desgaste de recursos de tan alto monto como lo pudiera ser para un país de primer mundo.








FIFA exige estándares (con máximos y mínimos) de sustentabilidad para la organización de un evento de esta categoría, y son los mismos países quienes se ponen "la soga al cuello" al asegurar que pueden con la carga, no sólo económica, sino de seguridad, infraestructura hotelera, de estadios, comunicaciones además de los eventos que acompañan a los partidos como el "fan fest", pantallas gigantes, conciertos, entre otros.

La pregunta que nos hacemos ante esta realidad no es si las audiencias necesitan eventos deportivos que representen una carga de gasto tan grande para un país en específico -sea éste quien se compromete o no-, sino si realmente podemos pagarlos ante una situación macroeconómica a nivel global como la que vivimos.

Es un tema de responsabilidad, llevada a cualquier nivel. Y lo pondremos en términos simples: si el cumpleaños de mi hijo viene pronto, yo debo saber cuánto puedo y cuánto no debo gastar en su fiesta (si es que puedo pagarle una) y qué tanto representa para mi economía familiar un daño o una alegría el organizar dicho evento pensando en las necesidades básicas e intermedias que debo asegurar para que mi presupuesto familiar no sólo marche bien un mes o dos, sino para la estabilidad más prolongada posible..

¿Contamos con las condiciones globales como para tener cada cuatro años un desgaste presupuestal de este tipo o sólo algunos lo hacen? ¿Es responsable la FIFA (y en su caso el COI) de someter a un país a una condición social agravada por el capricho de un gobernante que quiere colocarse en el mapa del confeti y la serpentina?

La organización de un evento deportivo de alto calibre se ha vuelto aspiracional para gobiernos que quieren posicionarse.

La ciudad de Montreal tardó 30 años en pagar la organización de los Juegos Olímpicos de 1976, Sudáfrica salió en números rojos después de la copa mundial anterior, y en un escenario mucho más modesto, la deuda contraída por el gobierno de Jalisco para la organización de los juegos panamericanos sigue en aumento ante la generación diaria de intereses por montos no liquidados.

¿Hemos perdido la dimensión de la fiesta deportiva? Cabe analizar la posibilidad.

No hay certidumbre de lo que sucederá entre inconformes y cuerpos de seguridad una vez que inicie el mundial, hoy ante la huelga de trabajadores del metro de Río de Janeiro, se pone en amenaza el traslado de miles de aficionados que estarán en esa sede para ver a sus equipos, esto entre lo que todavía no se puede ver, dejándonos un panorama de "balón parado" sin siquiera haber iniciado el torneo.

El deporte sin duda es una de las mejores actividades que puede haber para el ser humano y su bienestar; pero también es un negocio, no se puede negar. Sin embargo parece dar señales de haber trascendido el nivel de actividad física, espectáculo y fiesta para pasar a ser una carga y una responsabilidad muy difícil de pagar.

Si no me cree, pregúntele a Dilma Rousseff.

Por: Orson Ge
Twitter: @OrsonJPG




Maduro, el chavismo y Venezuela: se está cayendo el teatro



No existe a nivel internacional un mejor teatro que el montado por el régimen bolivariano en Venezuela.

Pero este teatro no se montó ayer ni el año pasado; llegó de la mano de Hugo Chávez, quien no sólo lo instaló, pintó, techó y adornó, sino que puso función tras función, estreno tras estreno las condiciones para que todavía hoy miramos asombrados el espectáculo que en el país sudamericano se vive actualmente.

Y no se me malentienda, por favor. Por espectáculo no se toma con ligereza o mucho menos de broma lo que se ha sucedido desde hace años en aquel país, en el que sistemáticamente se ha mostrado al pueblo, y pretendido exhibir al mundo un escenario en el que un pueblo feliz, unido y agradecido con el régimen va de la mano de la revolución bolivariana, sino que precisamente esa escenificación ha sido el espectáculo que el chavismo ha ofrecido para vivir, y hacer vivir, una realidad aparte de la realidad.

Desde la pasada elección presidencial, en la que Nicolás Maduro resultó vencedor, ya se avecinaba en el horizonte una nube negra que hacía dudar a cercanos y lejanos si es que Nicolás, el más cercano de Chávez, tendría lo necesario para cargar el pesado paquete de sostener un régimen casi insostenible, que más que la fuerza, fue el talento, el ingenio, la paranoia y la astucia de Hugo Chávez que lo mantuvo funcionando.

Hoy vemos y escuchamos en las grabaciones oficiales a un Maduro que parece la réplica de su antecesor: el mismo timbre, las mismas pausas, las mismas ideas, el mismo delirio, pero no, no es el mismo, una calca, pero no el mismo; si acaso su mejor intérprete.

El oficialismo parece representar uno de sus últimos actos, en una época en que diversos sectores, encabezados por la juventud salen a protestar a la calle, sin miedo de perder porque hay poco que perder.








Maduro podría haber empezado con insulsa simpatía en sus primeras funciones, cuando hablaba con pajarillos y representaba actos de verdadera comedia, que hacían reír a todos menos a sus compatriotas, sin embargo, después del intermedio, la obra se ha teñido de sangre.
La semana anterior fallecieron tres personas como fruto de las protestas en contra del régimen oficial, más de 70 resultaron heridos y hay cerca de un centenar de detenidos; esto no estaba en el guión.

Dirigentes opositores denuncian que sólo el año pasado, se registraron más de 24 mil muertos como resultado de la inseguridad que reina en Venezuela y la única quietud que encuentran sus habitantes se da, como lo dijo el diario El Nacional en una reciente editorial “en la paz de los sepulcros”.

El clímax de esta obra se avecina, y un gobierno que tiene al país partido en dos, que no ha sabido conciliar, sino polarizar, denuncia a los “fascistas” del capitalismo convirtiéndose en un villano totalitario que no permite al pueblo no sólo la libertad de expresión en las calles, sino también ha censurado los medios electrónicos tal como se denunció al no dejar entrar ni salir vía twitter imágenes de lo que sucede cotidianamente en el marco de la protesta, al censurar a los medios internacionales, lesionando a sus reporteros y confiscándoles su material junto con sus herramientas, y ni qué decir del bloqueo a señales internacionales para que el pueblo que se queda en casa no sepa qué es lo que sucede en las calles.

Lo que comenzó como una comedia nos ha llevado con cadencia singular, acto tras acto, a una tragedia, misma que el propio Maduro titula como la “zozobra de un intento de golpe”.

La audiencia está expectante esperando el desenlace de esta historia, que nadie conoce, ni siquiera el que escribe, sin embargo, las condiciones que dictan hoy el día a día en Venezuela sólo nos dejan saber una cosa: se está cayendo el teatro.

Por: Orson Ge
Twitter: @OrsonJPG

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Nadie es para siempre, ni siquiera Pemex




México podría ser importador neto de recursos energéticos tales como gas natural y petróleo en 2018, afirmó ayer Pedro Joaquín Coldwell, secretario de enerrgía de la actual administración.

Han pasado los años y la soberanía de una empresa "de todos los mexicanos" se ha defendido a capa y espada, sin saber el lapidario destino que se traza con cada piedra de inmovilidad que se arroja en candentes argumentos populistas que no buscan el progreso del país, sino politizar una problemática fácilmente polarizable, a fin de inflamar multitudes y ganar adeptos, en el inacabable negocio de la partidocracia nacional.

Este discurso falso, demagógico e hipócrita debe terminar.

Pemex, la empresa nacional más grande de México ha sido sistematicamente castigada administración tras administración pagando la cuota que nuestra política fiscal no ha sabido recoger. El nuestro es un país que no paga impuestos, evadirlos o evitarlos es tan fácil al grado que hay poblaciones pequeñas en estados del pacífico sur que no recaudan un sólo peso por concepto de impuesto predial.

Una empresa víctima de latrocinios, manejos discrecionales, compadrazgos, falso sindicalismo, administraciones deficientes, y encima un sangrado terrible por parte de cada gestión sexenal, no puede prosperar bajo ningun esquema productivo o administrativo, y lo que es más, no debe ser manejada de la misma manera, porque dígame usted entonces, ¿de qué soberanía estamos hablando?  


El fracaso en el manejo de la paraestatal no es un tema del gobierno actual, ni del anterior, sino un cúmulo de medrosidad e inmovilismo de funcionarios, legisladores y gobernantes que no están dispuestos a asumir la cuota política que las medidas necesarias para intentar rescatar a Pemex representan, siempre en miras del próximo proceso electoral











Hace unos días, el director de Pemex anunció que en el primer semestre de 2013 la empresa tuvo que importar 44% de la gasolina que se consume en México y 37% del gas, y si las reformas no se dan, tengan estos datos en mente, porque los verán in crescendo.

Para los muy preocupados, no hay apuro; Pemex no se va a vender, simplemente porque no se puede. La millonaria cifra que el Estado tendría que pagar al posible comprador por concepto de deuda de pensiones sencillamente no se tiene, según relató ayer Jorge Luis Preciado, coordinador panista en el senado.


Lo que urge, y realmente es tema tanto de reforma como de indagación popular, es la entrada de capital privado en áreas en las que la paraestatal no es competitiva, en especial en energéticos de rica presencia en nuestro territorio y que serán de gran demanda en el futuro, como algunos gases que de seguir deshojando la margarita energética, vamos a terminar importando por necesidad, y sin los recursos técnicos y tecnológicos para hacerlo por nosotros mismos.

Es trascendentalmente importante para México y sus mexicanos quitarse de fachadas de falso patriotismo. El petróleo no es un concepto, ni  un valor colectivo o  sentimiento general; es un negocio. 

Un negocio debe traer réditos para quienes lo integran, ya sean propietarios, inversionistas, trabajadores o compradores, pero también debe de adaptarse a las dinámicas modernas que le exige su mercado. Es decir, el negocio que puede ser Pemex tiene que traer provecho a todos los mexicanos, sí, pero también debe subsistir, cosa que no es posible con una dósis diaria de sangría intensa, como se hizo ayer, se hace hoy y ojalá no se le haga mañana.

Si queremos seguir brincando sobre el petate verde, blanco y rojo haciendo furibundas rabietas de soberanía mal enfocada, adelante;  solo recordemos: nada ni nadie es eterno, ni siquiera Pemex. 

Por: Orson Ge
Twitter: @OrsonJPG

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¿Fiscalía o escuela?



¿Una Fiscalía Especializada para el Abuso Contra Políticos? Sean serios, por favor.

Luz María Beristain Navarrete, la nueva Lady de los twitteros, es hoy protagonista de un tropiezo tras otro, de todas sus apariciones, voluntarias e involuntarias, en medios de comunicación y electrónicos. La senadora, cuyo sitio web es: http://www.luzmariaberistain.com/ llegó a la cámara alta por medio de la mayoría relativa.

Cursó la licenciatura en Relaciones Internacionales en la UNAM, es perredista desde 1995 y fue presidente del mismo partido en Quintana Roo entre 2004 y 2005 además de ostentar el glorioso pendón de haber sidoRepresentante de Belleza y Turismo de su estado natal, Yucatán, en 1984.

Después de la exhibición pública de un nuevo video en el cual la senadora aparece acompañada por lo menos de una correligionaria de partido, y otra persona que conducía un auto sin portar licencia de automovilista, queda de manifiesto la filosofía con la cual se conduce "nuestra representante de la tribuna más alta" por donde quiera que pisa: con un alto deseo de impunidad, dejos evidentes de prepotencia, y un muy marcado delirio de persecución política.

Resulta incómodo, y mucho, que una representante popular esté constantemente utilizando su cargo o su posición para sacar ventaja de ella o para eximirse de responsabilidades u obligaciones a las que todos somos sujetos como ciudadanos, clientes o simplemente como personas. El apresurado juicio de valor que esta persona emite ante cualquier situación adversa, calificando como persecución política o adversidad partidista denota una polaridad muy peligrosa de encontrar ante cualquier representante popular, ya que denota visceralidad y poca profundidad de pensamiento; características muy peligrosas de encontrar en un legislador.

Que me disculpe la senadora, pero aparentemente cree que todos la conocen, y que por eso la persiguen, que por eso no la dejan subirse a los aviones si llega después de la hora de abordar o que por eso le piden al chofer sus documentos cuando ella va de tripulante y no es así. La realidad es que antes de estos escándalos su cara era una más, a pesar de su cargo público. Un dependiente de mostrador de aeropuerto o un policía local difícilmente la ubicarían de entre el resto de las personas que transitamos por aeropuertos, calles, e incluso el palacio legislativo.

Estos eventos le pueden pasar, y le pasan a cualquier ciudadano, independientemente de su trabajo, y como cualquiera, nos tenemos que sujetar a las condiciones, o a la legalidad, porque de eso se trata el sistema en el que vivimos, en el que elegimos vivir.











¿Una Fiscalía Especializada para el Abuso Contra Políticos? Seamos serios, por favor.

Plantear una realidad donde el político sea defendido por un fiscal (de procedencia partidista, seguramente, para entender su muy emproblemada "realidad) es pensar que el político es un ente oprimido por una estructura social persecutoria, tirana y castigadora. Esta percepción no está distante, sino a verdaderos años luz de la realidad. 

Una sociedad puede ser crítica, puede estar indignada, pero de ahí a tener una real capacidad para abusar del político hay mucha, muchísima diferencia.

Según palabras de la misma senadora "se ha satanizado a la clase política", y los errores, despilfarros, abusos, omisiones, desvíos, negligencias, indiferencias, negociaciones oscuras, latrocinios, compadrazgos, pago de favores y una larga lista de etcéteras que se dan a todo nivel, desde munícipes, diputados, y hasta secretarios de estado, son males que afectan a los que "a todas luces quieren hacer las cosas bien", grupo en el que se incluye a sí misma la legisladora.

Preocupa la manera en que se refirió a la educación de la dependiente de la aerolínea, y de la policía, que independientemente de cualquier postura, estaban cumpliendo con su labor. Desgasta el ver que la posición que le fue otorgada desde las urnas, y con la confianza depositada en cada cruz sobre su nombre en las boletas electorales no le sirve a esta mujer sino para excusar la mala organización de su tiempo, o su deseo de no cumplir con la más elemental de las obligaciones del tránsito automovilístico, como lo es portar documentos que avalen al conductor como capaz de hacerlo.

No se trata de satanizar al político, no se trata mucho menos de perseguirlo, porque de cualquier manera no se puede. Se trata de la esperanza que se tiene cada nueva elección, de que el político que viene sea menos político y sea más gente que el que se va; se trata de que no se use la curul como un escaño, un podio o una llave a la impunidad, se trata de tener representantes a la altura de un país al que se le deben varias décadas de decencia, honestidad y justicia.

¿Una Fiscalía Especializada para el Abuso Contra Políticos? Sea seria, senadora. ¿Qué tal una escuela ciudadana de legisladores?

Por: Orson Ge
Twitter: @OrsonJPG

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El peso y los pesos de Elba Esther


Sonora bomba la que detonó anoche cuando se confirmó la aprehensión de "la maestra" Elba Esther Gordillo por parte de elementos de la PGR en el aeropuerto de Toluca acusada de desviar más de 2,600 millones de pesos en los últimos cuatro años.

Esta investigación que no es como algunos manejaron, efecto que el ejecutivo anterior dejó como herencia al gobierno de Peña Nieto y en específico a la dependencia de Jesús Murillo Karam, comenzó el pasado mes de diciembre y derivó en la acción penal por medio de la cuál el pasado 24 de febrero se obtuvo la orden de aprehensión en contra de Gordillo, y que la someterá a juicio por parte de las autoridades.

Su aprehensión no implica que la líder vitalicia del SNTE ya haya sido señalada culpable del delito que se le acusa, cabe recordar que en el sistema de procuración de justicia mexicano, el acusado es detenido para ser sometido a juicio, y en caso de ser hallado culpable comenzar la purga de su condena.

Esto quiere decir, que hay una posibilidad -por remota que parezca- de que Elba Esther sea hallada inocente de los cargos que se le imputan, quedando 72 horas a partir de su aprehensión para conocer su situación jurídica.

Los delitos por los cuales fue detenida Gordillo junto con Isaías Gallardo Chávez y José Manuel Díaz Flores son violar la Ley Federal contra a Delincuencia Organizada, y Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita mismos que se consideran como graves, excluyendo la posibilidad de libertad condicional.

No podemos subestimar o subdimensionar los hechos de ayer; hablar de Elba Esther Gordillo Morales es hablar de la líder sindical que en el mandato salinista se subió a la cúspide de uno de los sindicatos más nutridos del país, y desde el cual en el transcurso de los años ha logrado tener un peso específico dentro de la política mexicana, logrando incluso la fundación de su propio partido, que le ha servido como moneda de cambio e instrumento de presión especialmente en el período panista de 2000 a 2012.

Las connotaciones de esta detención son necesariamente positivas, a pesar de que el tema se quiera manejar bajo la -tanto sobreutilizada como malentendida- y muy gastada concepción de "cortina de humo" y a pesar de que no se pueden evitar las comparaciones de la aprehensión en 1989 de Joaquín Hernández Galicia, alias "La Quina", ex-líder petrolero, estamos enfrentando un escenario muy diferente, comenzando simplemente con la omnipotencia de la figura presidencial que hoy no existe y que obliga a un proceso completo, transparente y apegado a derecho.











El cinismo de Gordillo Morales, quien hace mucho tiempo ya no vivía en México llegó a niveles tan exorbitantes como inverosímiles, llegando a usar recursos de los trabajadores para pagar 4 millones de dólares en artículos -primordialmente ropa- de una tienda departamental americana, lavar dinero a través de bancos extranjeros y onerosos despilfarros en clínicas de belleza, galerías de arte e infinidad de comercios de alto perfil que representan una franca bofetada al gremio que supuestamente "representa" y al cual ha tenido subyugado desde su llegada al sindicato.

El tener tras la rejas al personaje más impopular de los últimos tres sexenios, mismo que no sólo ha sido ejecutora de grotescos gastos millonarios, como los que en estas últimas horas se han divulgado, sino su corresponsabilidad en mayoría del monumental rezago en el cual se encuentra el sistema educativo nacional, no debe entintarse más allá de la suspicacia sino reconocerse como un éxito en el sistema de procuración de justicia de nuestro país, sólo esperando que la impartición de la misma sea equivalente y correspondiente con los hechos y no la terminología legal con la que se le maneje.

Quienes hoy afirman que este mensaje estaba telegrafiado desde la designación de Emilio Chuayfett a la SEP o al momento de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, evento en el cual envió a Gordillo a las filas de atrás, cuando siempre había estado en primera línea, o que simplemente señalan la detención como una lisa y llana justificación política ignoran voluntariamente la trascendencia que tiene la extracción de la sociedad de un personaje de esta calaña; la realidad es que nadie esperaba un alto de esta naturaleza, no detrás de unos barrotes.

Definir en pocas palabras a Elba Esther no es sencillo, sin embargo nadie puede poner en tela de juicio que la mal llamada "maestra" es la cabeza del latrocinio más escandaloso del que se tenga memoria en el México de los años recientes.

Aquella que dijo no ser "sirvienta de nadie" hoy tendrá que rendir cuenta por los abusos, excesos y la glotonería de poder con la que victimó al sistema educativo mexicano y del cual ya se sirvió abundantemente.

Se podrá especular con las razones, las motivaciones y los recursos por medio de los cuales se llevó a cabo esta detención, sin embargo no se debe pasar por alto la trascendencia de la misma y las favorabilísimas expectativas que nos puede generar un cambio en la cabeza del SNTE.

La reflexión en cuanto a Elba, es sin duda, que si bien tarde o temprano todo, absolutamente todo cae por su propio peso

Por: Orson Ge
Twitter: @OrsonJPG

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Adios Emilio



No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, y el sexenio de Emilio González Márquez al frente del estado de Jalisco llegó a su fin.

En un mensaje de cierre, que como bien dijo él, no fue un informe porque "ese ya está en internet", se gastó en señalar los prominentes avances logrados durante su gestión, como los 18 mil millones de pesos que recibió la U de G -"mi universidad", destacó-, o el año que progresó la escolaridad promedio en el estado, e incluso con un dejo de orgullo admitió que "se atrevió" a invertir en movilidad con obras como las realizadas en periférico o la conexión del aeropuerto con la salida a Vallarta -o Tepic, pues-.
Bajo el lema "Jalisco está mejor" hoy se despidió el que quizá será recordado como el gobernador más impopular del cuál se tenga memoria.

En este discurso no se habló de mentadas de madre, con o sin permiso del cardenal. No se destacaron los 122 decibeles que registraron los gritos de los tapatíos en la "megamentada" de junio pasado y que rompieron el récord Guiness que existía para un evento de estas características. Tampoco se habló de homofobias o "asquitos", mucho menos de donativos a novelas de televisa.

De lado se quedaron también los Juegos Panamericanos, y nadie nos dijo qué fue de las aguas residuales que se vertieron a cielo abierto, y mucho menos sabemos el destino de la villa panamericana que se cae a pedazos mientras usted y yo hacemos memoria. Del dinero que se utilizó para la organización de los juegos, de los proveedores con quienes hubo y hay adeudos y de los 3200 millones que se pidieron recientemente a crédito tal vez sí se habló, pero probablemente estábamos distraídos, porque tampoco se oyó nada.

A muchos extrañó que Mtv no transmitiera este discurso, tal vez 21 millones de pesos eran demasiada cuota como para pagarla dos veces, pero vaya, que ni una cápsula o por lo menos una mención le regalaran a tan bondadoso "gober" les debería de dar vergüenza; al fin Emilio sí se puso "la del Puebla" cuando se organizaron los premios en el auditorio Telmex.













Quedó pendiente el tema del Bosque de La Primavera, sí, aquél que duró 3 días en llamas antes de que Emilio diera una comunicación clara al respecto, o ya ni se diga apoyar efectivamente a los valientes brigadistas que atestiguaron al rojo vivo como un tercio del bosque, reserva natural, iba siendo consumido por las llamas, mientras González Márquez poco figuraba.

Hoy no guardó silencio, como sí lo hizo por largas 48 horas después de los narcobloqueos del 25 de agosto pasado en los que nadie se explicaba por qué de Casa Jalisco no salía un mensaje a la población, que esperaba ya no una versión oficial, sino una razón, una somera explicación de lo que se había vivido por horas de lo que debió haber sido un sábado reposado.

Hoy habló, como lo hizo hace 18 días, cuando se fue la luz en el Superdome de New Orleans, presumiendo de que eso no pasó en los Panamericanos, abundó de todo lo bueno que se hizo, de lo que se hizo bien, de sus razones para pensar que tenemos un mejor estado.

Más aún, este discurso terminó con un nutrido aplauso de los asistentes puestos en pie, aquellos que están convencidos de que "Jalisco está mejor", que sin duda son los menos; la opinión pública es avasalladora.

No cabe duda que en este sexenio que termina no todo fue malo, hubo aciertos fortuitos y otros calculados, aún así resulta difícil echar "campanas al vuelo", o ¿qué esperabamos? ¿que todo fuera en franco retroceso?

Sin duda el sexenio de Emilio será recordado por largos años entre los jaliscienses que se precien de serlo, con un invaluable legado de como no se debe gobernar.

El día del adiós de Emilio es sin duda uno de los más esperados por la mayoría de los pobladores de Jalisco. Hoy por fin nos llegó y ahora a lo que sigue...


Por: Orson Ge
Twitter: @OrsonJPG
Foto Original: marcatextos.com
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